La empresa trae esperanza a los empresarios africanos
Las noticias a menudo hablan de la lucha para sacar a los africanos de la pobreza. Una empresaria está poniendo de su parte para llevar esperanza a ese continente a través de un emprendimiento empresarial que ahora está llevando sus productos al mercado mundial.
El deseo de ayudar a los demás es lo que originalmente llevó a la sudafricana Elmare Lombard a dejar su exitosa práctica psicológica después de 15 años para comenzar una línea de aromaterapia natural.
Desde experimentar con aceites esenciales y aceites vegetales en su cocina hasta buscar mercados internacionales para la línea, Lombard ha hecho realidad su sueño hoy. Su línea Molo Africa ahora está siendo distribuida en los EE. UU. por BioPharmetics Inc.
Pero su empresa, fundada con familiares y líderes comunitarios, también ayuda a establecer proyectos agrícolas para personas desfavorecidas en su Sudáfrica natal. Molo Africa tiene una política de empleo proactiva que ayuda a las familias monoparentales a conseguir empleo en la empresa o en empresas afiliadas. Esta iniciativa está diseñada para promover la autosuficiencia y genera un sentimiento de orgullo para las personas.
Molo Africa apoya a los agricultores independientes de África mediante asesoramiento y asistencia; la compra de materias primas a precios justos de mercado; y a través de iniciativas educativas que ayuden a los sudafricanos empobrecidos a desarrollar habilidades en agricultura, educación básica, emprendimiento y capacitación en informática.
La línea de productos de la empresa incluye aceites esenciales puros, aerosoles aromáticos naturales para la habitación, mantecas para masajes, jabones de karité y velas aromáticas. Molo es un saludo africano que significa "hola". Con evocadores nombres africanos como "Hamba Suka" y "Sefako", los productos contienen aceites esenciales extraídos de plantas exóticas cultivadas y procesadas de forma natural en países africanos.
Gertrude Mewy es un ejemplo del tipo de historia de éxito que la empresa de Lombard ayudó a crear. Esta madre soltera de Guguletu, Ciudad del Cabo, criaba a sus cuatro hijos con un pequeño salario como empleada doméstica. Pero ella soñaba con ser emprendedora. Con la ayuda de la Fundación para el Desarrollo Económico y Empresarial, inició su propio negocio de alfarería.
Su arduo trabajo dio sus frutos cuando se convirtió en proveedora de cuentas de cerámica para Molo Africa. Su contrato con Gertrude le permite emplear a dos trabajadores a tiempo completo, ambas madres solteras. Su negocio ahora apoya a nueve personas y hay planes para más acuerdos comerciales entre Gertrude y Molo Africa.